Del 20 de noviembre al 20 de diciembre de 2013 las paredes de nuestro Callejón del Gato estarán habitadas por la exposición "Sinestesia" de Naszlo. En esta muestra, los lienzos y acuarelas de la artista nos sumergen en una fusión de sentidos preñada de sugerencias donde la visión de líneas y cromatismos se entreteje con el resonar de músicas escuchadas o el reverberar de palabras evocadas y el aroma de ese verde de un universo vegetal más redivivo que nunca, mientras se cree sentir en la piel el tacto de un aire que enreda los cabellos como nuevas ramas arbóreas y se paladea el sabor de la corriente del agua de ese amor que nos anega y que está en los seres humanos pero, sobre todo, pervive en la naturaleza que se regenera desde esas raíces que nos amarran a la madre tierra misma. Como perdura en el untuoso pincel que resbala sensorial por el papel, patinando en fuga para apelar al sentimiento y al intelecto.
Lo explica muy bien el tríptico elaborado para la anterior exhibición de esta muestra en la librería La Pantera Rossa (agosto de 2013):
Color, palabras, naturaleza, ciclos, momentos, tierra... Mezcla de sentidos. Siempre me ha gustado la sinestesia como figura literaria, como forma de vivir. He intentado utilizarla también como figura artística. La sinestesia mezcla sentidos. Maestros de la sinestesia fueron Darío y Kandinsky. La música hecha pintura, el tacto hecho color. Son también referentes fronterizos que invitan a la mezcla de géneros y disciplinas. Vivir en el actual sistema provoca ganas de volver a vivir de acuerdo a los ciclos naturales. Buscar un feminismo de la naturaleza sin abandonar el sentido interior de lo intelectual. Seguir l'intuition du vert. Dejarse llevar por los ciclos naturales, recogimiento-ebullición, solsticios de verano y de invierno, luna y sol.
No como un feminismo explícito sino como una parte de otra forma de vivir. No como texto sino como pretexto y contexto para disfrutar de los sentidos. Como un punto de vista integrador de todas nuestras facetas. Buscando el poco a poco, los detalles, la forma orgánica de crear, recrear, formar y reciclar. Cambiando el mundo simplemente respirando, viviendo de otra manera. Sin forzar el cambio, dejando que el ambiente se impregne de formas de vida distintas. Integrándonos en nuestra propia naturaleza sin luchar a cada instante contra ella, dejarnos llevar por ella, como cuando nos lleva la fuerza del viento o el agua del río. En este proceso sería necesario unir lo intelectual con lo animal. Disfrutar con los sentidos que sintetizan ambos aspectos de la vida. El color como optimismo y ganas de disfrutar. La moral del gozo. Disfrutar de nuestro ser, de nuestra dualidad como mamíferos y ciudadanos. Mente y tripas unidos por el placer. Disfrutar de la creación del ser humano y de nuestro instinto. Believe in the radical possibilities of pleasure.
El amor como símbolo de lo femenino frente a la muerte. El amor como regeneración natural. Como trascendencia femenina denostada: admirada y temida al mismo tiempo. Amor como generosidad extrema de madre a hijos, de entregar la vida no por una idea sino por otro ser humano real y próximo. De ahí la abundancia de símbolos naturales, sol, luna, burbujas, agua y, sobre todo, árboles. El árbol que sintetiza todo el ciclo vital de la re-generación. Las ramas que se expanden al cosmos y las raíces que nos hablan de lo material y de lo real. Colores tierra que unifican y empastan los otros colores, todos los colores. El círculo como símbolo de lo eterno, de las estaciones, lo cíclico y lo onírico. De ahí las citas, las canciones, placer que se une al de untar el pincel y deslizarlo por el papel, placer de recrearse en la tipografía, en cada letra que pide sus detalles y sus adornos.
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| Detalle de la exposición "Sinestesia" de Naszlo. |
Naszlo fue una joven que se sentía sinestésicamente atraída por las más diferentes disciplinas, de la Biología a las Ciencias Políticas, de la Química a las Bellas Artes o la Música. Pero acabó por recalar en los estudios de Filología Inglesa, quizás porque en el amor por comprender certeramente la palabra, desentrañando su significado e interpretándola fielmente, y en el acercamiento a la lengua y la cultura del otro como algo que no nos es ajeno espejean tanto el conocimiento exhaustivo y preciso como la experiencia más hondamente humana; y tal vez porque esta misma savia benéfica riega tantos otros empeños del saber.
La propia creadora, que pasea por la vida civil como Leticia Sánchez López, relata muy bien cómo la sedujo la sinestesia:
Durante mi año Erasmus en el literario barrio londinense de Bloomsbury, retomé mi afición infantil por el dibujo y pasé horas copiando a los grandes maestros de esta disciplina en la enorme Biblioteca del Birbeck College.
Los bosquejos quedaron en eso, en esbozos, durante varios años, hasta que, mientras ejercía como auxiliar de conversación en el municipio francés de Angulema, comencé a pintar. Y ello sucedió al mismo tiempo que me entregaba a viajar y que decidía que quería ser docente, quizás porque el arte también es toda una llamada y todo un itinerario interior.
Soy una persona caótica y por ello mismo intento dotar de estructura ese caos que experimento, a través de la pintura. Y ahí se entremezclan mis pasiones: la literatura, la música, el color. Se amalgaman los sentimientos personales y la faceta profesional. Nuestro lado animal junto con la cara más humana que nos lleva a deleitarnos con la música o la poesía. Por eso la exposición se llama "Sinestesia", el término que designa al recurso literario mediante el cual se enlazan dos imágenes o sensaciones percibidas por distintos órganos sensoriales.
A lo largo de este año, la artista ha expuesto su obra en los siguientes lugares:
-Restaurante La Rebotica de Cariñena (enero-marzo de 2013).
-IES Cabañas de La Almunia de Doña Godina (abril-junio de 2013).
